miércoles, 14 de diciembre de 2016

Sobre el amor


Dos amigas discutían a viva voz algo ebrias sobre la simplista cuestión de si es lo mismo "hacer el amor" y follar, obviaban las voces de los otros y se gritaban, a lo mejor ni se oían la una a la otra, pues en la discusión se jugaba la concepción de cada una sobre el amor.

En el Banquete hay dos maravillosas tesis sobre el amor, que el amor es amor a la belleza, es un ejercicio estético, amamos ejerciendo una proyección sentimental. Y que el amor es como una lucha entre dos fuerzas.

Sócrates recurre a Diotima, que le narra que el día en que Afrodita nació, los dioses celebraron en el Olimpo una fiesta, a la que asistían Poros (recursos) y Penia (carencia). Penia y Poros copulan y de ellos nace Eros. Eros es el amor. Por eso el amor nunca es estable y tiene altibajos. Pero el amor es siempre amor a la belleza. Uno se enamora de lo que no tiene, y se siente atraído por alguien porque es bello. 

Hay una escala del amor: se empieza por la belleza física y se va ampliando el campo de interés. Por lo tanto, siempre se empieza por motivos lejanos a los que nos describe el amor romántico.

Por otra parte, no solamente es voluntad de poseer la belleza, sino voluntad de engendrar en la belleza. Aquel que lo concibe, concibe la inmortalidad. La única inmortalidad que obedece al griego es la inmortalidad nacida por la obra de la belleza, del amor. 

No niego la existencia del amor, ni mucho menos creo que al ser puras reacciones químicas le quite "magia", pero no todo el mundo se enamora, unos practican el amor besando el Corán después de rezar de madrugada,  otros el amor de pareja y algunos ninguno. Porque el amor cuando es verdadero ni es eterno, ni se ama sólo una vez.

Parece que como decía también el banquete buscamos vorazmente la necesidad de no terminar en uno mismo, que a veces se convierte en que uno quiere convertir al otro en él. Galeano dijo una vez, el secreto de un amor realista y antipatrical es que la suma de uno más uno en una pareja no debe dar uno sino dos, pues de no ser así se vuelve  una relación de dominación.

Resultat d'imatges de banquete platon



jueves, 18 de agosto de 2016

Defensa de la Melancolia y la Infelicidad

Como leales musas acompañan e inspiran meditaciones. Han destruido a las pasiones consumidoras del alma y matado la verdad. Te sonríen desde el abismo y te dan la bienvenida a una corta eternidad.
Junto a esa sonrisa a veces se molestan en recordarte que ya lo sabías, que eso tan bien disfrazado era esperanza, que si fuese ciencia no zarandearía así tu alma, ni sería móvil más que en sí mismo. Que cuando decías no esperar nada ¿Por qué te movías? La mayor distopía no existiría sino para alertar de que lo es, algo espera. 
En algunas ocasiones te hablan de lo trágico de la vida, que la orfandad del ser, de que nunca se ama lo suficiente como para ser compañía ni estar acompañado, que su amigo el tiempo te lo ha demostrado.
Entonces paras, les adviertes que ya le abrazas el tiempo, te alimentas de nostalgia, afirmas el futuro objeto nostálgico, que no puedes moverte más que por pasión productora de infelicidad, que por melancolía delirante, que repugnas la tranquilidad que es ser feliz. Que disfrutas de los zarpazos de la realidad, y que tu misma los bañas en lagrimas saladas para que duelan más y no sean olvidados, entonces junto a ellas dos  desde el abismo contemplas la bajeza y disientes. 
Vengo a instalarme en la infelicidad. 

.-Dawn