sábado, 7 de febrero de 2015

SILENCIO DE DIOS

En los lentos amaneceres
llenos de luces dudosas
el silencio de Dios es como un barco
que navega mis ojos dulcemente.
Me duelen las cosas todas que laten
bajo la lluvia implacable
que cae en la oscura corteza de este mundo.
Un dolor de invernada,
un dolor de llanura fría, allá lejos,
pone cuchillo de viento
en el último vuelo de los pájaros.
El silencio de Dios se transforma en niebla
y me pesa en los párpados. Pregunto.
Una pared inmensa
limita las voces de los que lloran cieno. 
.-Celso Emilio Ferreiro

Hoy dan la noticia de que ya son 3 los muertos sin hogar a causa del frío. Nadie es responsable, nadie se responsabiliza. Me da igual en este momento el porqué esas personas acabaron en las calles, problemas económicos, psíquicos, o de cualquier índole. Me da igual, hay quienes entendemos que es cuestión de todos en una sociedad proteger a los más débiles. Que es una cuestión humana y político. 

Y por eso sí veo responsables, veo conocidos rostros, veo muchas caras, incluso la de dios, pero también veo la mía.

El frío duele más que nunca, puesto que se encuentra en el interior de muchos, y ese frío es el que araña la piel de quienes sienten, congela las carnes de quienes se mueven, asesina a quienes necesitan y les deshumaniza a esos muchos.

Quizás sí estamos hechos a la imagen y semejanza de dios, puesto que sufrimos su  terrible ceguera y su eterno silencio.